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Movilidad laboral en la era posterior a COVID-19: El caso de las asociaciones

Puntos clave

  • COVID-19 no ha modificado las tendencias demográficas a largo plazo, que siguen requiriendo una movilidad laboral significativamente mayor para mantener la estructura económica y social de los países de renta alta.
  • También hay buenas razones para desear una mano de obra más móvil a nivel mundial incluso en el futuro inmediato tras COVID-19, ya que los inmigrantes contribuyen al crecimiento económico que ayudará a la recuperación.
  • Sin embargo, los factores que limitan la movilidad de la mano de obra se acentúan en la era COVID-19; desde el punto de vista operativo, existe el reto adicional de garantizar que los emigrantes estén libres de COVID-19, y desde el punto de vista político, el elevado desempleo nacional aviva los sentimientos nacionalistas.
  • A corto plazo, esto crea dos mundos posibles: uno en el que triunfan las limitaciones, y otro en el que nos basamos en las innovaciones aplicadas durante COVID-19 para avanzar hacia una mano de obra móvil bien gestionada, preparándonos bien para la necesidad demográfica mucho mayor de las próximas décadas.
  • Proponemos que el segundo mundo pueda lograrse mediante una amplia coalición que valide las arriesgadas innovaciones emprendidas durante COVID-19 y documente los impactos positivos de las acciones que emprendieron.
  • Proponemos además que una buena “industria de la movilidad” es fundamental para reanudar la movilidad laboral, y requerirá la acción colectiva de una amplia coalición para establecer y desarrollar una industria de calidad.
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Introducción

COVID-19 ha hecho que muchos se cuestionen el futuro de la movilidad laboral. Con el aumento del desempleo nacional, el creciente sentimiento antiinmigración y las preocupaciones sanitarias en torno a la propagación del virus a través de la movilidad, políticos, empresarios y estudiosos y profesionales de la migración por igual se han preguntado si estamos volviendo a un mundo menos móvil.

Sin embargo, ninguno de los factores demográficos fundamentales que favorecen la movilidad laboral a largo plazo, tal y como se expone en una reciente nota de LaMP[i], ha cambiado tras el COVID-19. Los países de renta alta siguen enfrentándose a un aumento de la población de edad avanzada y a una disminución de la población en edad de trabajar, lo que significa que en las próximas décadas tendrán que depender de una mano de obra móvil para mantener sus economías y sus contratos sociales.

Por lo tanto, proponemos que COVID-19 conduzca a un mundo en el que la movilidad laboral siga siendo igual de importante, pero requiera más asociaciones. Como se ha señalado, COVID-19 no cambia la dinámica a largo plazo de la necesidad de movilidad laboral; sin embargo, crea nuevos retos operativos y políticos. Estos retos exigen cooperación: entre los países de acogida y de origen, los empleadores y la “industria de la movilidad” o los agentes que prestan servicios a lo largo del ciclo de la movilidad. Por ello, en lugar de que COVID-19 ofrezca motivos para el pesimismo sobre el futuro de las asociaciones de movilidad laboral, lo vemos como una oportunidad para una invención necesaria. En esta nota, exploraremos en primer lugar cómo cambia la dinámica en torno a la movilidad laboral en un mundo posterior a COVID-19. A continuación exploraremos cómo un modelo de asociación, con una buena “industria de la movilidad” en el centro, puede resolver estas dinámicas al tiempo que construye lo que siempre ha sido necesario: una mano de obra globalmente móvil bien gestionada.

Las repercusiones de la COVID-19 en la demanda de mano de obra móvil

Como ya se ha señalado, la COVID-19 no modifica los factores demográficos a largo plazo que impulsan la movilidad de la mano de obra, como se expone en profundidad en la nota anterior de LaMP.[ii]A corto plazo, los efectos sobre la demanda de trabajadores extranjeros son menos claros. Ya antes de la pandemia se había pronosticado que muchos de los sectores “esenciales” e intensivos en mano de obra inmigrante se enfrentarían a una gran escasez en los próximos años. La escasez de enfermeros oscilaba entre 10.000 al año en el Reino Unido, 75.000 en Alemania y 203.700 en EE.UU.; la escasez de cuidadores era aún mayor, entre 38.000 en Alemania y 1,3 millones en EE.UU.[iii] La escasez de personal sanitario en EE.UU. es tan grave que el vicepresidente de política del US Paraprofessional Healthcare Institute admitió que “es imposible imaginar que el sector sobreviva sin inmigrantes”. Otros sectores, como la agricultura, la construcción y el turismo, se enfrentan igualmente a una importante escasez de mano de obra en los años posteriores a la COVID-19. Como ya se ha mencionado, el impacto perjudicial de la escasez de empleo durante esta crisis ha sido evidente. En la era post-COVID, es probable que la escasez sea aún más impactante, ya que el envejecimiento de la población en los países de la OCDE requiere cada vez más apoyo y se prevé que las pandemias sean cada vez más comunes.[iv]

Al mismo tiempo, los trabajadores inmigrantes también están sobrerrepresentados en los sectores más perjudicados por la crisis. En EE.UU., el 20% de los trabajadores de sectores vulnerables que se enfrentan a despidos (como los servicios de alojamiento y comida, el comercio minorista no esencial, los servicios de atención personal y los servicios de construcción) son trabajadores inmigrantes, un total de 6 millones, en relación con su porcentaje del 17% del total de la población activa civil.[v] Esto se está traduciendo directamente en los resultados del mercado laboral; un análisis reciente mostró que mientras que la tasa de empleo de los trabajadores migrantes masculinos en los EE. UU. en 2019 era seis puntos porcentuales más alta que la de los trabajadores nativos masculinos, en abril de 2020 su tasa de empleo era dos puntos porcentuales más baja que la de los trabajadores nativos masculinos.[vi]

En la UE, también se ha observado que los inmigrantes tienen más probabilidades de estar empleados en ocupaciones de riesgo que están más expuestas a las pérdidas de empleo relacionadas con COVID-19 (categorizadas como trabajos en los que no se permite el teletrabajo, no son esenciales y requieren interacción cara a cara).[vii] Es difícil prever cuándo se recuperarán estos puestos de trabajo perdidos, lo que posiblemente implique una disminución de la necesidad de trabajadores inmigrantes en los próximos años.[viii] Es difícil prever cuándo se recuperarán estos puestos de trabajo perdidos, lo que posiblemente implique una disminución de la necesidad de trabajadores inmigrantes en los próximos años. La OCDE informa de que “las experiencias de crisis económicas anteriores sugieren que podría haber efectos negativos desproporcionados y duraderos en la integración de los inmigrantes… a menos que se apliquen medidas de apoyo adecuadas”.[ix]

Más allá de las repercusiones sectoriales específicas, los trabajadores inmigrantes son vitales para la recuperación económica general. Está demostrado que los trabajadores migrantes contribuyen al crecimiento económico. Un informe de 2016 estimó que, dado que los trabajadores migrantes se trasladan a entornos de mayor productividad, impulsan el PIB mundial; el informe estimó que, en 2015, los trabajadores migrantes contribuyeron con aproximadamente 6,7 billones de dólares, o el 9,4 por ciento, al PIB mundial, 3 billones más de lo que habrían contribuido si hubieran permanecido en sus países de origen. Vemos las repercusiones directas en los principales países receptores. En Australia, “el crecimiento económico real… durante los dos últimos años ha sido de entre el 2% y el 2,5%. De esa cifra, casi un uno por ciento ha sido simplemente el efecto de la migración”.[x] “Con las políticas actuales”, los expertos australianos estiman que no podrán cumplir los objetivos migratorios en la próxima década,[xi] cortando una fuente crítica de crecimiento mientras Australia lucha por recuperarse económicamente. Del mismo modo, el crecimiento del PIB canadiense en los últimos años y su equilibrio fiscal dependen en gran medida de los trabajadores migrantes; las nuevas incorporaciones de migrantes permanentes se redujeron un 30% en marzo de 2020 en relación con el año anterior y un 45% en el caso de las entradas de trabajadores extranjeros temporales en el sector agrícola, lo que socava el potencial de recuperación económica.[xii] Como dijo sucintamente António Vitorino, Director General de la Organización Internacional para las Migraciones: “Si no somos capaces de relanzar la migración y la movilidad de forma segura -y universal-, la capacidad del mundo para recuperarse de la recesión económica será limitada.”[xiii]

En última instancia, en el centro del debate a corto plazo no están los niveles de migración laboral, sino la movilidad laboral. En todo momento, pero sobre todo en tiempos de incertidumbre y crisis, la flexibilidad y la capacidad de los trabajadores para desplazarse allí donde se les necesite son fundamentales para la salud económica. Esto se puso de manifiesto durante y después de la Gran Recesión de 2008. Los datos de EE.UU. tras la recesión de 2008 muestran que las tasas de empleo de los trabajadores inmigrantes se recuperaron más rápidamente que las de los trabajadores nativos,[xiv] posiblemente porque los trabajadores inmigrantes son más móviles que los nativos y se mueven con mayor fluidez entre regiones, sectores y ocupaciones.[xv] Los datos de la UE durante la Gran Recesión también sugieren que los trabajadores inmigrantes respondieron a los cambios en la escasez de mano de obra en los distintos Estados miembros, ocupaciones y sectores de la UE con mayor fluidez que los nativos, y que esta flexibilidad les permitió contribuir a estabilizar los mercados laborales durante y después de la crisis.[xvi] Así pues, independientemente de los niveles de migración, para estabilizarnos y recuperarnos después de la crisis, necesitaremos vías bien reguladas y flexibles que conecten a los trabajadores con los puestos de trabajo en todo el mundo.

COVID-19 aumenta los obstáculos a la movilidad laboral

Aunque incluso en un futuro inmediato sigue existiendo la necesidad de mano de obra móvil, COVID-19 ha aumentado las limitaciones en torno a la movilidad laboral. Incluso antes de COVID-19, cada uno de los actores que podían beneficiarse de la movilidad laboral (países de acogida, países de origen, los propios trabajadores, los sectores empleadores, la industria de la movilidad) también se enfrentaba a importantes restricciones y riesgos a la hora de crear las acciones colectivas que limitan sus posibilidades de acción individual. Estas limitaciones pueden agruparse en tres categorías: operativas y técnicas, políticas y de reputación, y financieras. Ya sea implícita o explícitamente, estas limitaciones socavan la capacidad y la voluntad de los agentes de participar en la creación conjunta de las condiciones para una mano de obra más móvil que beneficie a todos. Estos factores se acentúan en la era COVID-19, y es probable que sigan así a medio plazo.

Limitaciones operativas

Las restricciones operativas se refieren a los factores del entorno operativo interno o externo de un actor que limitan su capacidad para lograr y poner en práctica asociaciones con éxito. Pueden estar relacionadas con el conocimiento interno de un actor de sus propias necesidades, su conocimiento o capacidad para llegar a socios que puedan abordar estas necesidades, o su capacidad técnica para aplicar una política o programa de movilidad laboral.

Desde el punto de vista operativo, la movilidad se ha vuelto mucho más compleja en la era COVID-19. A finales de abril de 2020, 217 países habían restringido los viajes, incluidos 97 países que aplicaban cierres totales o parciales de fronteras y 65 que suspendían la llegada de vuelos internacionales.[xvii] Estas restricciones de viaje han impedido a los trabajadores migrantes llegar a sus puestos de trabajo, así como regresar a casa si perdían el empleo.[xviii] Aunque estas medidas son temporales, reanudar la movilidad normal una vez que la pandemia amaine será difícil. Los países tendrán que llevar a cabo controles sanitarios a gran escala, volver a expedir visados a los trabajadores que hayan regresado a su país y garantizar a la población que permitir la movilidad no dará lugar a nuevos brotes.

Del mismo modo que los procedimientos de viaje cambiaron permanentemente a raíz del 11 de septiembre, es probable que los cambios operativos sobre quién está autorizado a viajar adónde y cómo se apliquen mucho después del final de COVID-19.[xix] Esto es particularmente cierto ya que las “burbujas de viaje” están permitiendo que la movilidad se reanude dentro de ciertas regiones antes de que se reanude en general, cambiando potencialmente los patrones de movilidad. Esto tiene importantes implicaciones para las vías de movilidad laboral. Las operaciones para facilitar la movilidad laboral se volverán más complejas, requiriendo sistemas robustos para los controles de salud y una coordinación significativa y delicados acuerdos de intercambio de datos[xx] entre los gobiernos de ambos lados y los proveedores de servicios de la industria de la movilidad que realicen los controles sanitarios. Por supuesto, el alcance y la duración de estas repercusiones dependerán del momento en que se disponga de forma generalizada de una vacuna eficaz; por ejemplo, en caso de que la vacuna Oxford resulte eficaz y se pueda vacunar a una parte significativa de la población mundial en los próximos 12 meses,[xxi] la movilidad podría recuperarse mucho más rápidamente. Sin embargo, incluso en este “mejor de los casos”, es probable que en los próximos años se preste mayor atención a los riesgos sanitarios de la movilidad. El Foro Económico Mundial se refirió a esto como “el auge de una nueva retórica migratoria de “securitización de la salud””.[xxii]

Restricciones políticas y de reputación

Las limitaciones políticas y de reputación están relacionadas con el entorno de autorización de los actores potencialmente interesados en formar una asociación sobre movilidad laboral. Las restricciones políticas se refieren a las restricciones dentro de un entorno de gobierno que limitan la capacidad de los socios gubernamentales para autorizar una política o un programa relacionado con la movilidad laboral. El riesgo reputacional se refiere a la posibilidad de publicidad negativa o percepciones públicas, que tienen un impacto adverso en la reputación de un actor, debilitando así su relación o credibilidad con sus respectivos electores. Existen pruebas significativas que indican que éstas son las limitaciones más vinculantes, y a menudo están relacionadas con preocupaciones en torno al impacto doméstico de la migración, los riesgos para los migrantes, las preocupaciones sanitarias y de seguridad, y la confianza entre todas las partes.

Los retos operativos, aunque difíciles, se resuelven más fácilmente con soluciones técnicas; la respuesta política a los migrantes tras el COVID crea una preocupación mayor. COVID-19 ya ha alimentado sentimientos xenófobos y antiinmigrantes, empezando por la xenofobia hacia los inmigrantes asiáticos al principio del brote.[xxiii] pero rápidamente se extendió a presiones para restringir la inmigración de forma mucho más amplia.[xxiv] El sorprendente declive económico ha avivado aún más los sentimientos nativistas. Esto coincide con la experiencia pasada; la evidencia histórica nos muestra que las recesiones económicas tienden a disminuir el apoyo a la inmigración.[xxv] Hasta la fecha, EE.UU. es el único país que ha establecido restricciones a la inmigración en respuesta a la COVID-19 basadas explícitamente en motivos económicos;[xxvi] el 22 de junio, la Administración Trump emitió una proclamación ampliando las restricciones anteriores para impedir que los trabajadores extranjeros ocupen 525.000 puestos de trabajo (según las estimaciones de la Administración) con el fin de evitar que estos trabajadores compitan con los trabajadores estadounidenses desempleados por los puestos de trabajo. Otros países están intentando activamente contratar a trabajadores nativos en paro para desempeñar funciones tradicionalmente ocupadas por trabajadores inmigrantes, como la campaña “Pick for Britain”.[xxvii]

Por otra parte, la respuesta a COVID-19 está poniendo de relieve la importancia de la movilidad laboral y de los trabajadores migrantes. A medida que se cerraban las fronteras y los empresarios perdían el acceso a su mano de obra migrante, las repercusiones muy tangibles de la escasez de mano de obra se hicieron rápidamente patentes. La fruta se pudre en los campos[xxviii] mientras subían los precios de los alimentos (el del arroz alcanzó su nivel más alto en siete años) debido a la escasez de mano de obra.[xxix],[xxx] Los países que ya se enfrentaban a graves carencias de personal sanitario vieron cómo éstas se agravaban aún más en el peor momento posible, ya que muchos médicos y enfermeras enfermaron y no había nadie para sustituirlos.[xxxi] Los inmigrantes están sobrerrepresentados como “trabajadores esenciales” que responden a la COVID-19 en la mayoría de los países de renta alta.[xxxii]

Gracias al reconocimiento por parte de ciertos actores de las contribuciones de los migrantes, las campañas de apoyo generalizadas condujeron a cambios políticos antes impensables. En un cambio drástico de su postura política anterior, Italia concedió permisos de trabajo a 600.000 inmigrantes indocumentados en reconocimiento de la necesidad de que estos trabajadores proporcionaran cuidados y mantuvieran la comida en la mesa durante la COVID-19.[xxxiii] Portugal también ha regularizado temporalmente a todos los migrantes que habían solicitado un permiso de residencia antes de la declaración del estado de emergencia el 18 de marzo. A pesar del cierre de fronteras, Alemania, Reino Unido y Finlandia, entre otros, adoptaron disposiciones especiales para la llegada de trabajadores agrícolas temporeros.[xxxiv],[xxxv] Los gobiernos locales han desempeñado un papel clave; en Canadá, la Isla del Príncipe Eduardo ha acelerado los procesos de inmigración de trabajadores sanitarios y camioneros, mientras que Nueva Escocia ha hecho lo propio con las enfermeras.[xxxvi] Se han dado pasos de gigante para mejorar la movilidad de los trabajadores sanitarios, superando los obstáculos de reconocimiento de cualificaciones y certificación que plagaron el proceso durante décadas. Por ejemplo, en Alemania, algunos estados han permitido que los médicos extranjeros con acreditación pendiente sean destinados inmediatamente bajo la supervisión de médicos colegiados.[xxxvii]

La acción colectiva podría hacernos avanzar hacia un mundo más móvil

Hasta ahora hemos concluido tres cosas: (1) las tendencias demográficas a largo plazo aún requieren una movilidad laboral significativamente mayor; (2) hay una buena razón para desear una fuerza laboral más móvil a nivel mundial incluso en el futuro inmediato después de COVID-19; y (3) los factores (ya significativos) que limitan la movilidad laboral aumentan en la era de la COVID-19. En el corto plazo, esto crea dos mundos posibles: uno en el que ganan las restricciones, alimentadas por preocupaciones sobre los riesgos para la salud y el alto desempleo interno, lo que resulta en el mantenimiento o incluso la ampliación de las restricciones a la movilidad laboral establecidas durante el brote de COVID-19. , y uno en el que construimos innovaciones implementadas durante COVID-19 para avanzar hacia una fuerza laboral móvil bien administrada, lo que nos prepara bien para la necesidad demográfica mucho mayor en las próximas décadas.

La pregunta ahora es: ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de terminar en el segundo mundo? En última instancia, el mundo después de COVID-19 necesita lo que siempre ha necesitado: una fuerza laboral móvil que esté bien regulada para mitigar los riesgos que conlleva el movimiento de personas. Sin embargo, como era evidente mucho antes de la pandemia, esto no significa que las políticas reflejarán esta necesidad. Los mayores riesgos (tanto políticos como operativos) dificultarán que cualquier actor individual (ya sea un funcionario del gobierno, un empleador o una asociación del sector, un representante de la ‘industria de la movilidad’, un financista o un miembro de la sociedad civil) defienda los derechos laborales. movilidad después de COVID-19; si un actor individual fuera independiente después de COVID-19 y abogara por reanudar la movilidad laboral y llevar adelante las innovaciones políticas realizadas durante la crisis, las consecuencias políticas predecibles recaerían por completo en ese actor.

Los desafíos operativos de garantizar que los trabajadores se presenten libres de COVID también son, en el mejor de los casos, costosos y, en el peor de los casos, poco confiables cuando se soportan solos. En ausencia de asociaciones, esta necesidad recae en los funcionarios de salud pública ya sobrecargados de trabajo en el país receptor o requiere que los trabajadores que llegan se pongan en “cuarentena en el país”, lo cual es costoso e ineficiente tanto para los empleadores como para los trabajadores. La cuarentena en el país es particularmente onerosa para los trabajadores temporales y de temporada, para quienes consume una parte importante de su temporada laboral, lo que reduce los retornos al trabajo en el extranjero. Ambos modelos no son viables a escala. Al mismo tiempo, colocar esta carga únicamente en el país de origen presenta sus propios problemas, ya que los sistemas de salud en estos países también están sobrecargados y hay pocos incentivos para que aseguren la calidad del proceso de detección, lo que genera preocupaciones sobre si los resultados pueden se Confiable.[xxxviii] Los bangladeshíes en Italia ya están siendo estigmatizados como resultado de miles de falsos resultados negativos de las pruebas de COVID-19 (a menudo sin realizar ninguna prueba), algunos de los cuales se utilizaron para regresar a Europa, donde los migrantes de regreso luego dieron positivo.[xxxix] Lo que está en juego en una operación tan fallida también es mayor; los trabajadores migrantes que traen un brote renovado de COVID-19 podrían conducir a una segunda ola de cierres fronterizos y represalias contra los migrantes.

La respuesta está en actuar como grupo, más que como individuos. Si una coalición diversa de actores hablara colectivamente, los riesgos políticos se distribuirían entre ellos, protegiendo a los actores individuales. Al actuar juntos en lugar de por separado, los funcionarios gubernamentales y los empleadores pueden hacer que la movilidad laboral sea políticamente más aceptable y trabajar para crear percepciones más positivas. También pueden construir una base de investigación y conocimiento técnico, fortaleciendo su propia capacidad y aumentando la confianza en los sistemas de movilidad laboral. Pueden hablar con una voz común y demostrar que la movilidad es una fuerza poderosa para el bien de todos los involucrados. Además, los desafíos operativos se resolverían mucho más fácilmente al tener todos los actores necesarios en la mesa.

Proponemos comenzar por identificar a los actores que han dado pasos significativos en materia de movilidad laboral durante el COVID-19. Estos deben incluir una amplia muestra representativa de tipos de actores: gobiernos (receptores y emisores), funcionarios locales, empleadores y asociaciones sectoriales, industria de la movilidad y sociedad civil. Como se señaló anteriormente, varios de estos actores han asumido grandes riesgos durante COVID-19, para traer trabajadores migrantes según sea necesario y para proteger a sus poblaciones migrantes existentes. Una coalición podría servir para validar estas decisiones arriesgadas y para documentar los impactos positivos de las acciones que emprendieron, mientras mitiga cualquier efecto potencialmente adverso que encuentre. La coalición podría usar aún más su voz colectiva y la evidencia de los impactos para tomar una posición en contra de las decisiones de otros actores que mantienen las fronteras cerradas, cediendo a la xenofobia o de otras maneras llevándonos hacia el primero de los dos mundos posibles. Como señaló Marta Foresti del Overseas Development Institute, la coalición debe ser lo suficientemente amplia como para permitir el intercambio de intereses y alianzas no tradicionales, ya que estas dinámicas han estado detrás de gran parte del progreso que se logró durante el COVID-19.[xl]

Tal coalición serviría a los actores de tres maneras:

  1. Debido a la fragmentación y la falta de transparencia, los actores en este espacio a menudo no conocen a otros actores que emprenden programas similares sobre movilidad laboral, o que tienen necesidades e intereses similares a los suyos. Darles esta información puede permitirles aprender unos de otros y de sus experiencias. También genera un sentido de solidaridad y comodidad al poder señalar otros ejemplos y cómo se desarrollaron. Tal enfoque sirve para normalizar los riesgos que asumen con base en otros ejemplos existentes y para contrastarlos con los actores que retroceden en la movilidad laboral.
  2. Tener acceso a esta información permitirá a estos actores construir una historia común de por qué la movilidad laboral en la era posterior al COVID-19 es positiva y muy necesaria. Tener una coalición diversa de actores (1) ampliará la audiencia de esta narrativa y (2) garantizará que se tengan en cuenta todos sus intereses y necesidades. Además, esta narrativa puede reforzarse con la evidencia de sus diferentes experiencias y contextos: evidencia sobre los impactos positivos, los bajos riesgos para el empleo doméstico y los bajos riesgos de propagación de enfermedades cuando se manejan bien.
  3. Sobre la base de esta evidencia y narrativa común, los miembros de la coalición y la cara externa de la coalición podrían ofrecer apoyo mediante la realización de actividades de divulgación específicas cuando se tomen decisiones clave sobre si reanudar y extender la movilidad laboral cuando termine el COVID-19 y cómo hacerlo.

Construyendo una buena ‘industria de la movilidad’ a través de la Coalición

Un enfoque clave de esta coalición debería ser desarrollar soluciones a los desafíos operativos que plantea la necesidad de garantizar que los trabajadores estén libres de COVID-19 de una manera que sea confiable y no demasiado costosa para ningún actor. Aquí es precisamente donde entra en juego el papel de una asociación eficaz de gobiernos, sectores de empleo y una buena “industria de la movilidad”. Para que los países de acogida confíen en un examen de salud sólido de los trabajadores migrantes que ingresan, deberán colaborar con los gobiernos de los países de origen para garantizar que se implementen y se cumplan los procesos de examen. Esto aumenta el poder de negociación de los países de origen, ya que actuar unilateralmente para determinar desde dónde y en qué condiciones los trabajadores ingresan a su país plantea nuevos riesgos para los países de destino.

Dado que los sistemas de salud pública en ambos países ya están sobrecargados, esto también destaca el papel de los buenos actores de la “industria de la movilidad”. Los actores de la industria de la movilidad, responsables de supervisar el proceso de movilidad desde el abastecimiento y la investigación de vacantes hasta la colocación de trabajadores y apoyarlos en el trabajo en el extranjero, podrían asumir como parte de las funciones de contratación y cumplimiento que asumen de todos modos, la responsabilidad adicional de asegurarse de que los trabajadores que llegan sean COVID -19 gratis. Este es el enfoque más económico y eficiente para la selección, ya que luego se integra con todas las demás actividades de contratación y colocación, particularmente cuando se realiza en el país de origen donde los costos son más bajos.

Sin embargo, externalizar esta función a la “industria de la movilidad” requiere garantías sólidas para todos los involucrados de que se puede confiar en el actor. Este es un problema que es muy anterior a la COVID-19, ya que los malos incentivos en la industria de la movilidad han sido responsables del abuso de los trabajadores, tarifas excesivas y mala correspondencia laboral.[xli] Esto ha socavado la legitimidad de la movilidad laboral en el pasado y ha alimentado la oposición política tanto de las facciones antiinmigrantes como de los derechos de los trabajadores. Hay más en juego ahora, los brotes del movimiento de trabajadores migrantes darían lugar a una reacción violenta significativa para todos los involucrados. Esto requiere construir una industria de la movilidad que cumpla con los estándares de calidad acordados, vinculados a la garantía de calidad regular y la verificación de que se cumplen estos estándares.

En los próximos meses, en LaMP presentaremos propuestas para una asociación de la industria de la movilidad que establezca estándares, integrada en una coalición más amplia de funcionarios gubernamentales, empleadores e investigadores y defensores de la migración. Esta asociación trabajaría hacia una industria de movilidad legítima, en la que se podría confiar para resolver los desafíos operativos, mejorando los resultados para los trabajadores, los empleadores y los países por igual. Esto se lograría mediante el establecimiento de normas para las actividades de la industria, acordadas por los gobiernos, los empleadores y los representantes de los trabajadores. Mientras tanto, la estructura más amplia de la coalición funcionaría como un “centro de excelencia” para la movilidad laboral, apoyando a las partes interesadas a trabajar juntas para resolver los desafíos operativos y políticos, y llevando adelante innovaciones que nos prepararán bien para la necesidad demográfica mucho más grande. en las próximas décadas.

En lugar de que el COVID nos vuelva pesimistas sobre el futuro de las asociaciones de movilidad laboral, vemos al COVID-19 como una posible madre de la invención. En última instancia, el mundo después de COVID-19 necesita lo que siempre ha necesitado: una fuerza laboral móvil que esté bien regulada para mitigar los riesgos que conlleva el movimiento de personas. Ahora esta necesidad es más compleja, con nuevos desafíos operativos que requieren una confianza significativamente mayor en la legitimidad de los procesos de migración. Esto se puede lograr a través de una amplia coalición de actores, trabajando juntos para resolver los riesgos políticos y operativos y construir una buena “industria de la movilidad”.

Acerca de LaMP

Las Asociaciones para la Movilidad Laboral (LaMP) tienen como objetivo aumentar la movilidad laboral respetuosa con los derechos, garantizando que los trabajadores puedan acceder a oportunidades de empleo en el extranjero. Su objetivo general es facilitar a sus socios la construcción de sistemas de movilidad laboral a la escala necesaria, desbloqueando así miles de millones en ganancias de ingresos para las personas que ocupan los puestos de trabajo necesarios. Se centra en poner en contacto a gobiernos, empleadores y sectores, la industria de la movilidad e investigadores y defensores de la causa para colmar las lagunas existentes en los mercados laborales internacionales, así como en crear y conservar un repositorio de conocimientos y recursos para diseñar y poner en marcha asociaciones de movilidad que beneficien a todos los implicados. Las funciones de LaMP incluyen la intermediación en las relaciones entre socios potenciales, la prestación de apoyo técnico desde el diseño hasta la puesta en marcha de las asociaciones, y la investigación y promoción de las repercusiones de las asociaciones exitosas.


Notas finales

[i] Cepla, Zuzana. “Why Labor Mobility? The Looming Demographic Crisis in High-Income Countries.” Labor Mobility Partnerships. July 2, 2020. https://lampforum.org/what-we-do/research-and-advocacy/policy-notes/why-labor-mobility/

[ii] Ibid.

[iii] Smith, R. and O’Donnell, M. “COVID-19 Pandemic Underscores Labor Shortages in Women-Dominated Professions.” Center for Global Development. May 13, 2020. https://www.cgdev.org/blog/covid-19-pandemic-underscores-labor-shortages-women-dominated-professions

[iv] Dempster and Smith 2020.

[v] Gelatt, J. “Immigrant Workers: Vital to the U.S. COVID-19 Response, Disproportionately Vulnerable.” Migration Policy Institute. March 2020. https://www.migrationpolicy.org/research/immigrant-workers-us-covid-19-response

[vi] Borjas, G. and Cassidy, H. “The Adverse Effect Of The Covid-19 Labor Market Shock On Immigrant Employment.” National Bureau of Economic Research. Working Paper 27243. https://www.nber.org/papers/w27243.pdf

[vii] Garrote-Sanchez, D. et al. “Which Jobs Are Most Vulnerable to COVID-19? What an Analysis of the European Union Reveals.” World Bank Group Malaysia Hub. Research and Policy Brief No. 34. May 11, 2020. http://documents.worldbank.org/curated/en/820351589209840894/pdf/Which-Jobs-Are-Most-Vulnerable-to-COVID-19-What-an-Analysis-of-the-European-Union-Reveals.pdf

[viii] Dempster, H. and Zimmer, C. “Migrant Workers in the Tourism Industry: How has COVID-19 Affected Them, and What Does the Future Hold?” Center for Global Development. May 19, 2020. https://www.cgdev.org/publication/migrant-workers-tourism-industry-how-has-covid-19-affected-them-and-what-does-future

[ix] Organisation for Economic Co-operation and Development. “Medium-term impacts in terms of migration management and integration.” Managing international migration under COVID-19. Updated 10 June 2020. http://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/managing-international-migration-under-covid-19-6e914d57/#section-d1e465

[x] Young 2020.

[xi] Ibid.

[xii] Agopsowicz, A. “COVID-19 Derails Canadian Immigration.” Royal Bank of Canada Thought Leadership. May 29, 2020. https://thoughtleadership.rbc.com/covid-19-derails-canadian-immigration/

[xiii] Vitorino, A. “Without safe migration, economic recovery will be limited.” Al Jazeera. June 14, 2020. https://www.aljazeera.com/indepth/opinion/safe-migration-economic-recovery-limited-200610100828604.html

[xiv] Kochhar, R., Soledad Espinoza, C., and Hinze-Pifer, R. “After the Great Recession: Foreign Born Gain Jobs; Native Born Lose Jobs.” Pew Research Center. October 29, 2010. https://www.pewresearch.org/hispanic/2010/10/29/after-the-great-recession-brforeign-born-gain-jobs-native-born-lose-jobs/

[xv] Orrenius, P. and Zavodny, M. “Tied to the Business Cycle: How Immigrants Fare in Good and Bad Economic Times.” Migration Policy Institute. November 2009. http://www.migrationpolicy.org/pubs/orrenius-Nov09.pdf

[xvi] Kahanec, M. and Guzi, M. “How Immigrants Helped EU Labor Markets to Adjust during the Great Recession.” Global Labor Organization. Working Paper No. 33. 2017. https://www.econstor.eu/bitstream/10419/155763/1/GLO_DP_0033.pdf

[xvii] Glaesser, Dirk et al. “COVID-19 Related Travel Restrictions – A Global Review for Tourism (2nd report).” UN World Tourism Organization. April 28, 2020.https://webunwto.s3.eu-west-1.amazonaws.com/s3fs-public/2020-04/TravelRestrictions%20-%2028%20April.pdf

[xviii] Moroz, H., Testaverde, M. and Shrestha, M. “Potential Responses to the COVID-19 Outbreak in Support of Migrant Workers.” COVID Living Paper. World Bank Group. May 26, 2020. http://documents.worldbank.org/curated/en/428451587390154689/Potential-Responses-to-the-COVID-19-Outbreak-in-Support-of-Migrant-Workers-May-26-2020

[xix] Meyer, David. “Social distancing in the skies, temperature checks on the ground: Welcome to the new era of air travel.” Fortune. May 21, 2020. https://fortune.com/2020/05/21/coronavirus-changes-air-travel-airlines-covid/

[xx] Benton, Meghan. “The Rocky Road to a Mobile World after COVID-19.” migrationpolicy.org. Migration Policy Institute, May 12, 2020. https://www.migrationpolicy.org/news/rocky-road-mobile-world-after-covid-19.

[xxi] Gumbrecht, J., Thomas, N., Vigue, D., and Howard, J. “Oxford’s Covid-19 vaccine appears safe and induces immune response, early results suggest, but more research is needed.” CNN. Updated July 21, 2020. https://www.cnn.com/2020/07/20/health/oxford-covid-19-vaccine-results-cansino-pfizer-study/index.html

[xxii] Chugh, Abhinav. “Will COVID-19 change how we think about migration and migrant workers?” World Economic Forum. May 22, 2020. https://www.weforum.org/agenda/2020/05/covid-19-coronavirus-migration-migrant-workers-immigration-policy-health-securitization-risk-travel-bubbles/

[xxiii] Human Rights Watch. “Covid-19 Fueling Anti-Asian Racism and Xenophobia Worldwide: National Action Plans Needed to Counter Intolerance.” Human Rights Watch. May 12, 2020. https://www.hrw .org/news/2020/05/12/covid-19-fueling-anti-asian-racism-and-xenophobia-worldwide

[xxiv] Banulescu-Bogdan, N., Benton, M. and Fratzke, S. “Coronavirus Is Spreading across Borders, But It Is Not a Migration Problem.” Migration Policy Institute. Updated March 20, 2020. https://www.migrationpolicy.org/news/coronavirus-not-a-migration-problem

[xxv] Vogt Isaksen, J. “The impact of the financial crisis on European attitudes toward immigration.” Comparative Migration Studies. 7, 24. June 2019. https://comparativemigrationstudies.springeropen.com/articles/10.1186/s40878-019-0127-5

[xxvi] Chishti, M. and Pierce, S. “The U.S. Stands Alone in Explicitly Basing Coronavirus-Linked Immigration Restrictions on Economic Grounds.” Migration Policy Institute. May 29, 2020. https://www.migrationpolicy.org/article/us-alone-basing-immigration-restrictions-economic-concerns-not-public-health

[xxvii] Booth, W. and Adam, K. “Prince Charles wants furloughed workers to pick berries. Farmers wonder if Brits are up to the task.” Washington Post. May 21, 2020. https://www.washingtonpost.com/world/europe/prince-charles-pick-for-britain/2020/05/21/b977d074-9a08-11ea-ad79-eef7cd734641_story.html

[xxviii] Booth and Adam 2020.

[xxix] Torero, M. “How to Stop a Looming Food Crisis.” Foreign Policy. April 14, 2020. https://foreignpolicy.com/2020/04/14/how-to-stop-food-crisis-coronavirus-economy-trade/

[xxx] Tan, H. “Rice prices surge to 7-year high as coronavirus sparks stockpiling.” CNBC. April 7, 2020. https://www.cnbc.com/2020/04/08/rice-prices-surge-to-7-year-high-as-coronavirus-sparks-stockpiling.html

[xxxi] Dempster, H. and Smith, R. “Migrant Health Workers Are on the COVID-19 Frontline. We Need More of Them.” Center for Global Development. April 2, 2020. https://www.cgdev.org/blog/migrant-health-workers-are-covid-19-frontline-we-need-more-them

[xxxii] Fasani, F. and Mazza, J. “Immigrant Key Workers: Their Contribution to Europe’s COVID-19 Response.” IZA Policy Paper No. 155. April 2020. https://www.iza.org/publications/pp/155

[xxxiii] Kington, T. “Italy to give 600,000 migrants the right to stay.” The Times. May 07, 2020. https://www.thetimes.co.uk/edition/world/italy-to-give-600-000-migrants-the-right-to-stay-n3l8935bj

[xxxiv] Eddy, M. “Farm Workers Airlifted Into Germany Provide Solutions and Pose New Risks.” New York Times. May 18, 2020. https://www.nytimes.com/2020/05/18/world/europe/coronavirus-german-farms-migrant-workers-airlift.html?smid=tw-share

[xxxv] Corker, S. “Eastern Europeans to be flown in to pick fruit and veg.” BBC. April 16, 2020. https://www.bbc.com/news/business-52293061

[xxxvi] Moroz, Testeverde, and Shrestha 2020.

[xxxvii] OECD. “Contribution of migrant doctors and nurses to tackling COVID-19 crisis in OECD countries.” OECD. May 13, 2020. http://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/contribution-of-migrant-doctors-and-nurses-to-tackling-covid-19-crisis-in-oecd-countries-2f7bace2/

[xxxviii] Islam, A. “Bangladeshi migrants in Italy stigmatized over coronavirus certificate scam.” DW.com. July 22, 2020. https://www.dw.com/en/bangladeshi-migrants-in-italy-stigmatized-over-coronavirus-certificate-scam/a-54265320

[xxxix] Islam 2020.

[xl] Foresti, M. “Less gratitude, please. How COVID-19 reveals the need for migration reform.” Brookings Institute. May 22, 2020. https://www.brookings.edu/blog/future-development/2020/05/22/less-gratitude-please-how-covid-19-reveals-the-need-for-migration-reform/?preview_id=810327

[xli] Smith, R. and Johnson, R. “Introducing an Outcomes-Based Migrant Welfare Fund.” Center for Global Development. January 16, 2020. https://www.cgdev.org/blog/introducing-outcomes-based-migrant-welfare-fund

La inminente crisis demográfica en los países de renta alta

¿Por qué la movilidad laboral?

La serie de notas políticas “¿Por qué la movilidad laboral?” explora la necesidad histórica de la movilidad laboral desde el punto de vista de los actores clave:

  • los países receptores
  • países de origen
  • empresarios, trabajadores
  • ‘industria de la movilidad’

Esta primera nota de la serie se centra en la perspectiva de los países receptores de renta alta, que se enfrentan a un declive demográfico sin precedentes.

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Puntos clave

  • Las actuales y crecientes presiones demográficas derivadas de la inversión de la pirámide demográfica (más ancianos que jóvenes) en los países de renta alta amenazan a las economías afectadas en varias dimensiones, ya que sus regímenes de protección social (por ejemplo, seguridad social, cobertura sanitaria, etc.) dependen en gran medida de las contribuciones de los trabajadores para mantener a las poblaciones jubiladas y envejecidas.
  • Basándose únicamente en las proyecciones de los nacidos en el país, la proporción entre la población en edad de trabajar y la población anciana en los países de renta alta seguirá descendiendo desde niveles ya bajos y, en 2050, se situará por debajo de lo que se consideran niveles sostenibles para todos los países.
  • Los países de renta alta necesitarán del orden de 400 millones de trabajadores adicionales de aquí a 2050 para mantener la viabilidad de sus actuales regímenes de pensiones y de salud, sin los cuales sería necesario o bien recortar sustancialmente las prestaciones o bien aumentar los tipos impositivos.
  • La movilidad laboral, tanto la migración más “permanente” como el uso de acuerdos laborales temporales, son una solución económicamente viable, que permite a los países de renta alta cubrir al menos parte de sus necesidades de mano de obra.

Introducción

El mundo está a punto de enfrentarse a retos sin precedentes. Con el aumento de la esperanza de vida y el descenso de las tasas de fertilidad en muchos países de renta alta, la población de más edad crecerá mientras que la población activa se reducirá. La transición demográfica resultante, la inversión de la pirámide demográfica con más ancianos que jóvenes, será gradual pero cada vez más dramática. Inevitablemente, estos cambios repercutirán negativamente en la vida de las familias y los individuos de esas naciones, ya que sus gobiernos no podrán financiar programas de seguridad social y asistencia sanitaria que dependen en gran medida de las contribuciones de la población activa. La movilidad laboral puede ser una herramienta política eficaz para hacer frente, al menos parcialmente, a la crisis demográfica que se avecina en los países de renta alta.[1]

El envejecimiento de las sociedades plantea varios riesgos a los países de renta alta

Los países de renta alta de todo el mundo se enfrentan ya a cambios demográficos. Alemania, Japón, Italia y España (entre otros) han registrado descensos continuos en el número de recién nacidos desde al menos la década de 1970, con tasas de fertilidad muy por debajo del nivel de 2,1 necesario para que una población se reemplace a sí misma.[i] Es probable que estos cambios demográficos supongan una carga para los países de renta alta, sobre todo por su impacto en las redes de seguridad social – ya sean públicas o privadas – que dependen en gran medida de las contribuciones de la población en edad de trabajar para mantener a los jubilados. Del mismo modo, los programas de asistencia sanitaria de esos países también dependen de las contribuciones de los más jóvenes, cuyos costes sanitarios suelen ser mucho más bajos, para sufragar la asistencia a los mayores.[ii] Algunos autores advierten de que los países pueden incluso entrar en un círculo vicioso en el que la baja fecundidad se transmita de una generación a otra. Argumentan que la voluntad de fundar una familia depende en parte de la capacidad de las parejas para satisfacer sus aspiraciones materiales, pero estos deseos son más difíciles de alcanzar desde que el envejecimiento general de la población ejerce más presiones sobre las finanzas de la generación más joven.[iii]

Para hacer frente a estos retos, muchos países de renta alta han puesto en marcha políticas destinadas a reducir los efectos de esta tendencia. Japón, por ejemplo, ha ampliado sus servicios de guardería, planes parentales y subsidios por hijos para fomentar una mayor fertilidad.[iv] Sin embargo, sus esfuerzos parecen en gran medida infructuosos, ya que la población del país sigue siendo una de las que más rápidamente disminuyen en el mundo. A menos que los países encuentren políticas eficaces para abordar el problema, los efectos de los cambios demográficos en curso serán graves.

Además de las consecuencias obvias de la disminución de la población, y el consiguiente aumento de la proporción de personas mayores en edad de jubilación con respecto a los jóvenes, como la incapacidad de mantener los regímenes de seguridad social, existen otros riesgos. Puede producirse una ralentización económica general, ya que un menor número de personas genera una menor demanda de bienes y niveles más bajos de inversión. Otros creen que los descensos ralentizarán el progreso y, por tanto, causarán un estancamiento del nivel de vida, ya que menos gente en general implicará que haya menos para todas las actividades, incluidas las dedicadas a las actividades de investigación y desarrollo que crean el crecimiento de la productividad.[v]

La crisis en cifras

Las estimaciones muestran que una vez que los actuales Millennials (los nacidos entre 1981 y 1996, con edades comprendidas entre los 24 y los 39 años en 2020) de los países de renta alta de todo el mundo entren en la cincuentena y la sesentena dentro de unos treinta años, toda su generación se enfrentará a estas graves consecuencias de no tener detrás cohortes de jóvenes suficientemente numerosas. Para 2050, en ausencia de migración, se espera que la población en edad de trabajar de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) [2] disminuya en más de 92 millones, mientras que se prevé que su población anciana (mayores de 65 años) se reduzca en más de 2 millones.

en más de 100 millones de personas (Figura 1).[vi] Un déficit demográfico tan dramático plantea obstáculos potencialmente insuperables a la financiación de los programas de bienestar, pensiones y sanidad existentes en los países ricos.

Gráfico 1 Mientras la población en edad de trabajar disminuye en la mayoría de los países de la OCDE, éstos ganan ciudadanos de edad avanzada.

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Fuente: Smith, R. and Hani, F. “Labor Mobility Partnerships: Expanding Opportunity with a Globally Mobile Workforce.” Center for Global Development. Report of Connecting International Labor Markets Working Group. June 2020.

Para evitar esta situación, los países afectados tienen que encontrar formas eficaces de aumentar su mano de obra para mantener un equilibrio suficiente entre la población en edad de trabajar y los jubilados. En 2015, la proporción media entre la población en edad de trabajar y los ancianos en los países de renta alta era de 3,3.[3] Sin embargo, por ejemplo, la proporción de Japón descendió a 2,5 ya en 2010.* Estas bajas proporciones entre jóvenes y ancianos no se han visto nunca en la historia de la humanidad y la mayoría cree que están por debajo de los niveles en los que los países pueden garantizar la seguridad social.

protección social para sus ciudadanos con las cotizaciones actuales, pero ciertamente nadie puede estar seguro de que éstas puedan sostener los contratos sociales existentes. Las estimaciones de población sin migración muestran que para 2050, la proporción en casi cada países de renta alta será inferior al más bajos de la historia antes de 2010, y por término medio caerá a 1,8 en un escenario de migración neta cero, y a 1,9 incluso en el statu quo de la ONU[4] scenario (Figura 2).[5]*

Figura 2. La disminución de la proporción entre la población en edad de trabajar y los ancianos ha sido una tendencia persistente en los países de la OCDE.

Fuente: Smith y Hani 2020.

Con menos trabajadores por jubilado, no está claro cómo los gobiernos pueden mantener sus actuales sistemas de seguridad social y asistencia sanitaria, de hecho su contrato social fundamental existente. Los modelos muestran que si los países ricos quieren mantener su actual -y ya históricamente baja- proporción entre población en edad de trabajar y población anciana hasta 2050, necesitarán más de 15 millones de trabajadores al año, o un total de 400 millones de trabajadores en los próximos 30 años (Figura 3)*.

Esta cifra es enorme. Para ponerlo en perspectiva, la cifra es mayor que toda la población de Norteamérica (EE.UU. y Canadá), así como que la población total de Europa Occidental y Septentrional, que asciende a 368 millones y 302 millones, respectivamente. En otras palabras, la brecha de población en edad de trabajar en los países de renta alta es básicamente mayor que la población total, incluidos todos los grupos de edad, de estas dos enormes regiones.[vii]

Estas proyecciones de necesidad de 400 millones de trabajadores para 2050 son conservadoras, ya que subestiman las necesidades laborales de los países. Los 400 millones sólo sostendrían la estructura económica actual de los países, lo que significa que probablemente necesitarían aún más trabajadores para mantener la actual o alcanzar mayores tasas de crecimiento económico. Además, las estimaciones suponen que basta con mantener el equilibrio entre población activa y jubilados para satisfacer la demanda de mano de obra.

Sin embargo, varias ocupaciones, como los servicios asistenciales y la construcción, no sólo necesitan más sino que suelen requerir trabajadores más jóvenes. A medida que la gente envejece, los gobiernos deben garantizar que la economía cuente con suficientes trabajadores capaces de proporcionar el apoyo más intensivo en mano de obra que el envejecimiento de la población necesita.[viii] Por ejemplo, había casi 44.000 vacantes de enfermería en el Reino Unido a finales de 2019, y se prevé que la cifra alcance las 100.000 en 2029.[ix] Al mismo tiempo, se espera que aproximadamente una de cada tres enfermeras del Reino Unido alcance la edad de jubilación en 2026[x]. Además, Estados Unidos necesitará 203.700 nuevas enfermeras tituladas cada año hasta 2026 para satisfacer la creciente demanda y sustituir a las enfermeras que se jubilen.[xi] Ya en 2010, la mayoría de los enfermeros colegiados a tiempo completo y a tiempo parcial en EE.UU. tenían entre 45 y 59 años. En general, EE.UU. espera que el 75% de la población activa del país tenga 65 años o más en 2050.[xii]

Figura 3. Escasez masiva de mano de obra en algunos países de la OCDE: Se necesitarán millones de nuevos trabajadores cada año para mantener la estructura económica actual.

Fuente: Smith y Hani 2020.

Opciones políticas para afrontar la inminente crisis demográfica

Garantizar la creación de empleo adecuado para sus poblaciones ha sido históricamente la principal preocupación política de los países ricos, con políticas que se esfuerzan por emplear a sus crecientes poblaciones en edad de trabajar. Sin embargo, a medida que se extiende la crisis demográfica, las prioridades de las naciones afectadas cambian de “¿Cómo proporcionamos empleo a nuestra población en edad de trabajar?” a “¿Cómo conseguimos más trabajadores para los trabajos que hay que hacer?”.

Hay varias formas en que los países de renta alta podrían intentar abordar el problema, pero dado que muchas de las posibles soluciones son bastante difíciles, o incluso imposibles en algunos casos, los políticos han tomado pocas medidas ante esta acuciante preocupación política.[xiii] Por ejemplo, los dirigentes podrían intentar compensar las diferencias demográficas con impuestos más altos. Sin embargo, dado que la relación media entre impuestos y PIB en los países de la OCDE se ha mantenido siempre en el 34%, casi sin cambios desde finales de los años ochenta a pesar de los diversos cambios económicos, parece poco probable que los políticos sean capaces de convencer a la opinión pública de la necesidad de subir ahora los impuestos a niveles sustancialmente más altos.[xiv]

Como alternativa, los países podrían reducir las prestaciones de sus poblaciones de edad avanzada, otra posible solución que es más fácil de decir que de hacer. Cuando el gobierno francés intentó recortar las prestaciones de jubilación, aunque fuera modestamente, se enfrentó a una oleada de protestas y huelgas masivas contra el aumento propuesto de la edad de jubilación y finalmente tuvo que dar marcha atrás. Además, a medida que la población siga envejeciendo, se convertirá en un bloque de votantes cada vez más importante y la capacidad de los políticos para recortar las prestaciones de jubilación, seguridad social y sanidad de los mayores disminuirá aún más.[xv] En Irlanda, los planes para aumentar la edad de jubilación fueron una de las principales preocupaciones en las elecciones generales de 2020, que se saldaron con la derrota de los partidos pesados del establishment del país.[xvi]

Los líderes también podrían intentar aumentar el número de trabajadores autóctonos instando a la gente a ampliar sus familias. Sin embargo, esta solución tampoco parece fiable, ya que es poco probable que produzca resultados suficientes y coherentes. Aunque los gobiernos pueden animar a sus ciudadanos a tener más hijos, es poco probable que las familias sigan las recomendaciones a un ritmo suficientemente alto sin unas redes de seguridad social más sólidas. En Italia, el gobierno intentó promover un “Día de la Fertilidad” para animar a los italianos a tener más bebés. Sin embargo, la campaña provocó una reacción violenta. Los críticos argumentan que el problema no es la falta de voluntad de los italianos para tener hijos, sino la falta de apoyo a las familias por parte del gobierno y los empresarios.[xvii] Otros países, como Luxemburgo, Irlanda y Francia, ofrecen prestaciones universales por hijos y otros programas relacionados con la infancia,[xviii] y, sin embargo, sus tasas de fertilidad siguen siendo bajas.[xix]

Los efectos de esta opción también se retrasarían bastante, ya que para cuando la nueva generación alcance la edad de trabajar, el problema demográfico seguirá agravándose. Además, existe un “impulso demográfico inverso” y, dado que la pirámide demográfica ya está adelgazada o invertida, incluso una mayor fertilidad, nacimientos por mujer, tendrá dificultades para aumentar el crecimiento de la población, ya que cada vez hay menos mujeres en las edades reproductivas clave, por lo que incluso una vuelta a las tasas de fertilidad anteriores sólo ralentizaría, no invertiría, la inversión demográfica*.

Por último, está la movilidad laboral, que también se considera políticamente imposible, pero quizá sea la menos imposible de las imposibilidades.

¿Podrían los trabajadores extranjeros colmar las lagunas demográficas y complementar la mano de obra nativa en los países de renta alta? Para mantener la proporción entre la población en edad de trabajar y la de edad avanzada por encima del umbral sostenible del 2,5, los países ricos necesitarán unos 400 millones de trabajadores en el transcurso de los próximos 30 años.[xx] Como ya se ha dicho, la cifra es enorme. Si los trabajadores de origen extranjero cubrieran este vacío, representarían el 40% de toda la población en edad de trabajar de los países de renta alta.[xxi]

Sin embargo, existe una reserva potencial de trabajadores que está surgiendo fuera del mundo desarrollado. En los países que no envejecen tan rápido o que incluso luchan por emplear a su desproporcionadamente alto número de jóvenes, muchas personas buscan trasladarse a naciones más ricas. Aun así, dado que solo unos 119 millones de migrantes de países en desarrollo vivían en naciones de ingresos altos en 2017, el flujo tendría que triplicarse en los próximos 30 años.[xxii]

Es poco probable que la movilidad laboral represente la única respuesta a la crisis demográfica; sin embargo, es una solución realista para cerrar, al menos parcialmente, la brecha cada vez más profunda. Además de equilibrar los cambios demográficos, los trabajadores extranjeros aportan nuevas ideas innovadoras, fomentan el crecimiento económico y mejoran la cultura de los países de acogida.

En Australia, la migración ha desempeñado un papel fundamental en las últimas casi tres décadas de expansión económica del país. En los dos últimos años, el crecimiento económico real de Australia ha oscilado entre el 2% y el 2,5%, de los cuales casi el 1% ha sido resultado de la inmigración.[xxiii] A finales de 2019 (antes del inicio del COVID-19), el gobierno del país incluso pronosticó un superávit presupuestario para el año fiscal 2020, atribuible a un supuesto de alta migración neta.[xxiv]

Aunque algunos podrían argumentar que, en lugar de la movilidad laboral, los países de renta alta podrían superar las consecuencias de los cambios demográficos con el aumento de la productividad y el avance de la tecnología, las tendencias recientes sugieren lo contrario. Incluso Japón, el más homogéneo entre los países de la OCDE que ha sido capaz de persistir con una proporción de población en edad de trabajar y ancianos de menos de 2,5 durante algún tiempo con altos ahorros y tecnologías avanzadas de automatización, había anunciado el lanzamiento de un programa piloto en 2018 para traer a más de 300.000 trabajadores durante los siguientes cinco años para luchar contra la escasez de mano de obra.

Además, el hecho de que los países ricos persigan la automatización supone una enorme distorsión económica y puede tener consecuencias negativas para los salarios de los trabajadores, tanto en sus países de origen como a escala mundial. La automatización para desplazar a la mano de obra de cualificación baja o media es un falso ahorro, ya que la mano de obra abunda en todo el mundo y escasea localmente sólo por las barreras fronterizas a la circulación.[xxv]

En general, con la proporción entre la población en edad de trabajar y la de edad avanzada cayendo a niveles insostenibles, cubrir al menos una parte del déficit de mano de obra con trabajadores extranjeros ayudará a prevenir una ralentización de las economías de los países de renta alta y posiblemente incluso estimulará el crecimiento.

Conclusión

El mundo se enfrenta a cambios demográficos dramáticos, que tendrán implicaciones cruciales para las economías, las balanzas fiscales, la política y las sociedades de los países de renta alta. La movilidad laboral ofrece una solución políticamente difícil, pero quizá más plausible y factible que todas las demás opciones. Los países pueden reducir, al menos en parte, el déficit de mano de obra provocado por la actual crisis demográfica permitiendo la llegada de más trabajadores dispuestos a trabajar. También hay razones para preferir la movilidad laboral como solución, ya que fomenta el crecimiento y aporta innovación a los países de renta alta junto con una mano de obra muy necesaria. El problema es acuciante. Ha llegado el momento de que los países de renta alta tomen medidas e inviertan en sistemas de movilidad laboral que permitan el desarrollo de vías a través de las cuales los trabajadores extranjeros puedan mejorar las economías y, en lugar de amenazarlas, apoyar los acuerdos sociales deseables existentes.

Acerca de LaMP

Las Asociaciones para la Movilidad Laboral (LaMP) tienen como objetivo aumentar la movilidad laboral respetuosa con los derechos, garantizando que los trabajadores puedan acceder a oportunidades de empleo en el extranjero. Su objetivo general es facilitar a sus socios la creación de sistemas de movilidad laboral a la escala necesaria, lo que reportará miles de millones de ingresos a las personas que ocupen los puestos de trabajo necesarios. Se centra en poner en contacto a gobiernos, empleadores y sectores, la industria de la movilidad e investigadores y defensores de la causa para colmar las lagunas existentes en los mercados laborales internacionales, así como en crear y conservar un repositorio de conocimientos y recursos para diseñar y poner en marcha asociaciones de movilidad que beneficien a todos los implicados. Las funciones de LaMP incluyen la intermediación en las relaciones entre socios potenciales, la prestación de apoyo técnico desde el diseño hasta la puesta en marcha de las asociaciones, y la investigación y promoción de las repercusiones de las asociaciones exitosas.


[1] Los países desarrollados con escasez de mano de obra clave se denominan países de renta alta.

[2] Los datos utilizados para esta nota consideran los siguientes países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.

[3] Utilizamos la variante de migración cero de los datos de UN DESA, División de Población (2015), que asume que la migración internacional neta para los países al principio del periodo es cero.

[4] El coeficiente de statu quo equivale a los coeficientes de 2015 entre la población en edad de trabajar y la población mayor de 65 años.

[5] Proyecciones de evolución de la población basadas en un modelo probabilístico de evolución de la fecundidad y de las tasas normales de mortalidad y migración.


Notas finales

[i] “Fertility Rate, Total (Births per Woman),” consultado el 2 de junio de 2020, https://data.worldbank.org/indicator/SP.DYN.TFRT.IN?end=2018.

[ii] Lant Pritchett, “Only Migration Can Save the Welfare State,” 24 de febrero de 2020, https://www.foreignaffairs.com/articles/2020-02-24/only-migration-can-save-welfare-state.

[iii] Robin Harding, “The Costs of a Declining Population” (Financial Times, 14 de enero de 2020), https://www.ft.com/content/c017334e-36bb-11ea-a6d3-9a26f8c3cba4.

[iv] “Government Response to Low Fertility in Japan ”(United Nations), consultado el 2 de junio de 2020, at http://esa.un.org/PopPolicy/publications.aspx.

[v] Robin Harding, “The Costs of a Declining Population” (Financial Times, 14 de enero de 2020), https://www.ft.com/content/c017334e-36bb-11ea-a6d3-9a26f8c3cba4.

[vi] UN DESA, Population Division (2015).

[vii] https://lampforum.org/2020/01/09/the-future-is-older/

[viii] Lant Pritchett, “Only Migration Can Save the Welfare State,” 24 de febrero de 2020, https://www.foreignaffairs.com/articles/2020-02-24/only-migration-can-save-welfare-state.

[ix] “Nursing Shortages Forcing NHS to Rely on Less Qualified Staff – Report” (The Guardian, 27 de noviembre de 2019), https://www.theguardian.com/society/2019/nov/28/nursing-shortages-forcing-nhs-england-wales-to-rely-on-less-qualified-staff-report.

[x] Rachel Marangozov, Matthew Williams, and James Buchan, “The Labour Market for Nurses in the UK and Its Relationship to the Demand for, and Supply of, International Nurses in the NHS” (Institute for Employment Studies, julio de 2016), https://assets.publishing.service.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/535657/The_labour_market_for_nurses_in_the_UK.pdf.

[xi] Elka Torpey, “Employment Outlook for Bachelor’s-Level Occupations : Career Outlook” (U.S. Bureau of Labor Statistics, abril de 2018), https://www.bls.gov/careeroutlook/2018/article/bachelors-degree-outlook.htm.

[xii] Sepi McDonnell, “America’s Nurses Are Aging” (Allied Staffing Network, 14 de febrero de 2017), https://alliedstaffingnetwork.com/americas-nurses-are-aging/.

[xiii] Lant Pritchett, “Only Migration Can Save the Welfare State,” 24 de febrero de 2020, https://www.foreignaffairs.com/articles/2020-02-24/only-migration-can-save-welfare-state.

[xiv] Ibid.

[xv] Ibid.

[xvi] Patrick Collinson, “The French and the Irish Are Fighting Pension Age Rises – Will the British? | Patrick Collinson,” The Guardian (Guardian News and Media, 14 de febrero de 2020), https://www.theguardian.com/money/2020/feb/14/the-french-and-the-irish-are-fighting-pension-age-rises-will-the-british.

[xvii] Gaia Pianigiani, “Italy’s ‘Fertility Day’ Call to Make Babies Arouses Anger, Not Ardor” (The New York Times, 13 de septiembre de 2016), https://www.nytimes.com/2016/09/14/world/europe/italy-births-fertility-europe.html.

[xviii] Dylan Matthews, “Sweden Pays Parents for Having Kids – and It Reaps Huge Benefits. Why Doesn’t the US?” (Vox, 23 de mayo de 2016, https://www.vox.com/2016/5/23/11440638/child-benefit-child-allowance.

[xix] “Fertility Rate, Total (Births per Woman),” consultado el 2 de junio de 2020, https://data.worldbank.org/indicator/SP.DYN.TFRT.IN?end=2018.

[xx] Lant Pritchett, “Only Migration Can Save the Welfare State,” 24 de febrero de 2020, https://www.foreignaffairs.com/articles/2020-02-24/only-migration-can-save-welfare-state.

[xxi] Lant Pritchett, “The Future Is Older” (Labor Mobility Partnerships, 9 de enero de 2020), https://lampforum.org/2020/01/09/the-future-is-older/.

[xxii] Ibid.

[xxiii] Evan Young, “Coronavirus Has Halted Immigration to Australia and That Could Have Dire Consequences for Its Economic Recovery” (SBS News, 1 de abril de 2020), https://www.sbs.com.au/news/coronavirus-has-halted-immigration-to-australia-and-that-could-have-dire-consequences-for-its-economic-recovery.

[xxiv] David Crowe, “Budget Surplus under Threat as Treasury Considers Coronavirus ‘Wildcard’,” The Sydney Morning Herald (The Sydney Morning Herald, 17 de febrero de 2020), https://www.smh.com.au/politics/federal/budget-surplus-under-threat-as-treasury-considers-coronavirus-wildcard-20200217-p541nf.html.

[xxv] Acemoglu, Daron, y Pascual Restrepo. Rep. Low-Skill and High-Skill Automation. Journal of Human Capital, 2018. https://economics.mit.edu/files/15118.

Introducción de un nuevo enfoque de la movilidad laboral

Este post se publicó por primera vez en el Center for Global Development.

Los países de la OCDE se enfrentan a un aumento de la población de edad avanzada y a una disminución de la población en edad de trabajar, mientras que los países de renta baja tienen poblaciones en edad de trabajar que crecen más rápido de lo que el empleo puede absorberlas. en edad de trabajar crecen más rápido de lo que el empleo puede absorberlas. La movilidad laboral ofrece una solución, poniendo en contacto a emigrantes potenciales (que necesitan empleo) con empleadores potenciales (que necesitan trabajadores). El grupo de trabajo Connecting International Labor Markets se reunió en torno a la cuestión de cómo hacer que esto suceda, lo que dio lugar a una propuesta para una nueva organización: Asociaciones para la Movilidad Laboral (LaMP).