Los países de renta alta envejecen rápidamente. En 2050, su población en edad de trabajar se habrá reducido en más de 92 millones de personas, mientras que la población de edad avanzada (65 años o más) crecerá en más de 100 millones de personas.

Las personas en edad de trabajar cotizan a planes de pensiones y de salud, que ayudan a mantener a la generación de más edad. Por lo tanto, mantener una buena proporción entre estas dos poblaciones es crucial para la estabilidad financiera y social de los países de renta alta.

No es probable que los países de renta alta puedan satisfacer esta necesidad movilizando a su mano de obra nacional. Esto significa que parte de la respuesta tendrá que basarse en trabajadores del extranjero.

La buena noticia es que existe una mano de obra preparada y dispuesta; se calcula que en 2050 habrá 2.000 millones de nuevas personas en edad de trabajar en los países de renta baja.

La movilidad laboral ofrece una solución, conectando a estos emigrantes potenciales (que necesitan puestos de trabajo) con empleadores potenciales (que necesitan trabajadores).

La movilidad laboral también haría al mundo más rico, más equitativo y más productivo. También es una poderosa herramienta para sacar a la gente de la pobreza; los trabajadores que encuentran empleo en países más ricos pueden esperar aumentar sus ingresos entre 6 y 15 veces.

Pero incluso satisfacer sólo una parte de las necesidades de los países de renta alta supondría un gran aumento del número de emigrantes; ahora mismo sólo hay 119 millones de emigrantes de países de renta baja viviendo en países de renta alta, mucho menos de lo que se necesita.

Los sistemas de movilidad laboral existentes no están desarrollados para poder gestionar flujos de mano de obra de la magnitud necesaria y se ven limitados por las opiniones negativas de la opinión pública sobre la movilidad.

Esto deja sin respuesta una demanda crítica en una época en la que la movilidad laboral es desesperadamente necesaria. Esta brecha supone una pérdida de oportunidades tanto para los empresarios y trabajadores como para los países de origen y destino.

LaMP existe para colmar esta brecha. Trabajamos para abrir canales de movilidad laboral, con el fin de desbloquear un triple beneficio en el que los trabajadores tengan la oportunidad de mejorar drásticamente sus ingresos, los empresarios accedan a trabajadores muy necesarios y tanto los países receptores como los de origen obtengan beneficios económicos. Obtenga más información sobre cómo pensamos hacerlo aquí.