Existe una retórica persistente en torno a la migración, que ignora el hecho de que la demanda de mano de obra es su principal motor. La narrativa dominante actual no reconoce plenamente el potencial de desarrollo de la movilidad laboral tanto para los migrantes como para los países de origen y destino.

La oportunidad para una agenda global ambiciosa aquí es clara, y LaMP quiere hacerla realidad. Creemos que podemos resolver dos grandes desafíos de una sola vez, al tiempo que reducimos la migración irregular, que alimenta la industria del tráfico ilícito de migrantes.

  • Para 2050, se espera que 500 millones de la población en edad de trabajar proyectada de los países de bajos ingresos del mundo tengan dificultades para encontrar trabajo en sus países. A falta de vías de movilidad suficientemente amplias, aumenta su demanda de desplazamientos alternativos e irregulares.
  • Esta última cifra es aproximadamente equivalente a las necesidades de los países de ingresos altos debido al envejecimiento irreversible de su fuerza laboral. Muchos servicios no se pueden realizar de forma remota y necesitan trabajadores calificados, desde la cosecha hasta el cuidado de personas mayores.

Lo que es más, la movilidad laboral es, con mucho, la forma de ayuda más impactante, más que la ayuda oficial y filantrópica para el desarrollo del mundo. Abrazarlo de una manera reflexiva y bien regulada, construyendo estructuras que permitan que la demanda satisfaga la oferta de manera ordenada y con condiciones claras, es una solución muy efectiva.

Puedes leer más en este artículo de Anders Bolling para la revista sueca Fokus (detrás del muro de pago).